¿Has oído hablar el impuesto rosa?

¿Qué es el impuesto rosa y cómo afecta a las mujeres en el Perú?

El impuesto rosa, también conocido como pink tax, es el sobreprecio que se aplica a muchos productos y servicios dirigidos al público femenino, en comparación con los equivalentes para el masculino. Se trata de una forma de discriminación de género que impacta negativamente en la economía y el bienestar de las mujeres.

Según diversos estudios, el impuesto rosa se manifiesta principalmente en artículos de higiene personal, cosmética, farmacia, moda y juguetes. Por ejemplo, una máquina de afeitar para mujer puede costar hasta un 13% más que una para hombre, solo por tener un color o un diseño diferente. Lo mismo ocurre con los cepillos de dientes, los desodorantes, los medicamentos o la ropa.

En el Perú, no existe una regulación específica que prohíba o sancione esta práctica discriminatoria. Sin embargo, la Ley de Protección al Consumidor establece que los proveedores deben informar claramente los precios y las características de los productos y servicios que ofrecen, y que no deben inducir al error o al engaño a los consumidores.

Además, la Constitución Política del Perú reconoce el derecho a la igualdad y a la no discriminación por motivo de sexo, entre otros. Por lo tanto, el impuesto rosa vulnera estos derechos fundamentales y perpetúa las brechas de género existentes en el país.

¿Qué consecuencias tiene el impuesto rosa para las mujeres peruanas?

El impuesto rosa afecta la economía de las mujeres peruanas de varias maneras. Por un lado, reduce su capacidad adquisitiva y su poder de compra, ya que tienen que gastar más dinero por productos similares o de menor calidad que los hombres. Por otro lado, limita su acceso a bienes y servicios esenciales para su salud, educación y desarrollo.

Además, el impuesto rosa agrava la situación de pobreza y vulnerabilidad de muchas mujeres peruanas, especialmente de aquellas que viven fuera de la capital y se ven obligadas a recurrir a trabajos informales y precarios, con salarios inferiores al mínimo legal. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 70% de las trabajadoras peruanas se encuentran en el sector informal, y el 21% percibe menos del salario mínimo.

Por otro lado, el impuesto rosa también tiene un efecto negativo en la autoestima y la identidad de las mujeres peruanas, al imponerles unos estándares de belleza y feminidad basados en el consumo y en la diferenciación con respecto a los hombres. Así, se refuerzan los estereotipos de género y se limitan las opciones y las oportunidades de las mujeres.

¿Qué se puede hacer para combatir el impuesto rosa en el Perú?

Para luchar contra el impuesto rosa en el Perú, se requiere una acción conjunta y coordinada de diversos actores sociales. Algunas posibles medidas son:

– Sensibilizar e informar a las consumidoras sobre el impuesto rosa y sus efectos, para que puedan tomar decisiones conscientes y críticas a la hora de comprar.

– Denunciar ante las autoridades competentes (Indecopi, Defensoría del Pueblo, Ministerio Público) los casos de discriminación por razón de sexo en el precio o la calidad de los productos y servicios.

– Exigir al Estado que regule y fiscalice el mercado para evitar el abuso y la arbitrariedad de los proveedores, y que sancione las conductas que vulneren los derechos de las consumidoras.

– Promover la participación política y social de las mujeres para que puedan incidir en la elaboración e implementación de políticas públicas que garanticen la igualdad y la no discriminación por motivo de sexo.

– Fomentar el empoderamiento económico y personal de las mujeres para que puedan generar sus propios ingresos, acceder a créditos y ahorros, y desarrollar sus capacidades y potencialidades.
 

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Escrito por: Elizabeth Castillo

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