El periodo no tiene género

¿El periodo menstrual tiene género? Esta es una pregunta que ha generado mucha controversia y debate en los últimos años, sobre todo a raíz de la visibilización de las personas transgénero y no binarias que también experimentan este proceso fisiológico. ¿Es el periodo menstrual una experiencia exclusiva de las mujeres? ¿Qué implica hablar de «personas menstruantes» en lugar de «mujeres menstruantes»? ¿Qué consecuencias tiene el uso del lenguaje inclusivo para la salud, la educación y los derechos de las personas que menstrúan?

En este artículo, intentaremos responder a estas y otras cuestiones desde una perspectiva científica, social y feminista, analizando los diferentes argumentos a favor y en contra de la desgenerización del periodo menstrual. También ofreceremos algunos consejos y recursos para abordar este tema con respeto, sensibilidad y empatía hacia todas las personas que viven esta realidad.

¿Qué es el periodo menstrual?

El periodo menstrual es el sangrado vaginal que ocurre cada mes como parte del ciclo reproductivo de las personas con útero. El ciclo menstrual se compone de cuatro fases: la fase folicular, la ovulación, la fase lútea y la menstruación. Durante la fase folicular, los ovarios producen estrógenos y liberan un óvulo maduro. Durante la ovulación, el óvulo sale del ovario y viaja por las trompas de Falopio hacia el útero. Durante la fase lútea, el cuerpo lúteo (el folículo vacío que queda tras la ovulación) produce progesterona y prepara el endometrio (la capa interna del útero) para recibir al óvulo fecundado. Si el óvulo no es fecundado, el cuerpo lúteo se degenera y los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen, provocando que el endometrio se desprenda y salga por la vagina junto con sangre y otros fluidos. Esto es lo que conocemos como menstruación.

El ciclo menstrual suele durar entre 21 y 35 días, aunque puede variar según cada persona. La menstruación suele durar entre 3 y 7 días, y también puede variar en cantidad, color, textura y olor. Algunas personas experimentan síntomas físicos y emocionales antes o durante la menstruación, como dolor abdominal, de espalda o de cabeza, hinchazón, cambios de humor, irritabilidad, ansiedad o depresión. Estos síntomas se conocen como síndrome premenstrual (SPM) o trastorno disfórico premenstrual (TDPM), según su intensidad.

¿Quiénes menstrúan?

La respuesta más obvia sería decir que menstrúan las mujeres, pero esta afirmación no es del todo correcta ni completa. En primer lugar, porque no todas las mujeres menstrúan: hay mujeres que han dejado de menstruar por la menopausia, por una histerectomía (extirpación del útero), por un trastorno hormonal o por otro motivo médico. También hay mujeres que nunca han menstruado por una anomalía congénita o por una condición intersexual (que implica una variación en los cromosomas, las gónadas o los genitales). Estas mujeres siguen siendo mujeres, aunque no tengan periodo menstrual.

En segundo lugar, porque no solo las mujeres menstrúan: hay personas que se identifican como hombres o como no binarias (que no se sienten ni hombres ni mujeres) que también tienen útero y ovarios y que pueden menstruar. Estas personas pueden ser transgéneros (que su identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer) o cisgénero (que su identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer), pero que tienen una expresión de género masculina o andrógina. Estas personas también pueden tener disforia de género (un malestar psicológico por la incongruencia entre su identidad de género y su cuerpo) o no tenerla. Estas personas siguen siendo hombres o no binarias, aunque tengan periodo menstrual.

Por lo tanto, podemos decir que menstrúan las personas con útero y ovarios funcionales que no están embarazadas ni en la menopausia, ni bajo algún tratamiento hormonal o médico que inhiba la ovulación y la menstruación. Estas personas pueden tener cualquier identidad de género y cualquier expresión de género, y merecen ser reconocidas y respetadas por su diversidad.

¿Por qué desgenerizar el periodo menstrual?

Desgenerizar el periodo menstrual significa dejar de asociar este proceso fisiológico con un género específico (el femenino) y reconocer que hay personas de otros géneros (o sin género) que también lo experimentan. Esto implica usar un lenguaje inclusivo que no excluya ni invisibilice a estas personas, y que no las estigmatice ni las discrimine por su condición.

Algunos de los beneficios de desgenerizar el periodo menstrual son:

– Promover la salud y el bienestar de las personas que menstrúan, especialmente de las personas transgénero y no binarias, que suelen enfrentarse a barreras y dificultades para acceder a servicios sanitarios adecuados, seguros y respetuosos con su identidad de género. Desgenerizar el periodo menstrual puede facilitar que estas personas se sientan más cómodas y confiadas para hablar de su salud reproductiva, solicitar atención médica, recibir información veraz y actualizada, y acceder a productos de higiene menstrual adaptados a sus necesidades.

– Fomentar la educación y la concienciación sobre el ciclo menstrual, tanto en el ámbito escolar como en el social y el familiar. Desgenerizar el periodo menstrual puede contribuir a que se imparta una educación sexual integral, diversa e inclusiva, que aborde el tema del ciclo menstrual desde una perspectiva biológica, psicológica, social y cultural, y que reconozca la diversidad de experiencias, vivencias y sentimientos que genera este proceso en las personas que lo atraviesan. También puede ayudar a que se rompan los tabúes, los mitos y los prejuicios que rodean al periodo menstrual, y que se genere un clima de diálogo, comprensión y apoyo entre las personas que menstrúan y las que no.

– Defender los derechos humanos de las personas que menstrúan, especialmente de las personas transgénero y no binarias, que suelen sufrir violencia, discriminación y vulneración de sus derechos por su identidad de género. Desgenerizar el periodo menstrual puede ser una forma de reivindicar el derecho a la identidad de género, el derecho a la salud, el derecho a la educación, el derecho a la dignidad y el derecho a la igualdad de todas las personas que menstrúan, independientemente de cómo se identifiquen o se expresen.

¿Cómo desgenerizar el periodo menstrual?

Desgenerizar el periodo menstrual no es una tarea fácil ni rápida, ya que implica cambiar hábitos, actitudes y formas de comunicarnos que están muy arraigados en nuestra sociedad. Sin embargo, hay algunas acciones que podemos realizar para contribuir a este cambio:

– Usar un lenguaje inclusivo que no asuma ni imponga el género de las personas que menstrúan. Por ejemplo, en lugar de decir «las mujeres menstrúan», podemos decir «las personas que menstrúan» o «quienes menstrúan». También podemos evitar usar pronombres o adjetivos femeninos para referirnos al periodo menstrual o a sus síntomas, y optar por términos neutros o genéricos. Por ejemplo, en lugar de decir «ella tiene la regla» o «está con sus días», podemos decir «tiene la regla» o «está con sus días». Asimismo, podemos respetar los pronombres y los nombres con los que se identifican las personas que menstrúan, y usarlos correctamente al dirigirnos a ellas o hablar de ellas.

– Escuchar y validar las experiencias y los sentimientos de las personas que menstrúan, especialmente de las personas transgéneros y no binarias, que pueden vivir su periodo menstrual de forma diferente a las personas cisgénero. Podemos mostrar interés, empatía y apoyo hacia estas personas, sin juzgarlas ni cuestionarlas por su identidad de género o por su relación con su cuerpo. También podemos ofrecerles ayuda o recursos si lo necesitan o lo solicitan, sin imponerles nuestra opinión o nuestra visión sobre el tema. Además, podemos respetar su privacidad y su intimidad, sin invadir su espacio o hacerles preguntas indiscretas o inapropiadas sobre su periodo menstrual.

Informarnos y educarnos sobre el ciclo menstrual desde la infancia es crucial para dejar de pensar que la menstruación es un problema exclusivo de las mujeres y empecemos a normalizar el periodo, no solo en mujeres, sino también en hombres.

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Escrito por: Elizabeth Castillo

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